Un vampiro energético es aquella persona que consciente o inconscientemente se alimenta de nuestra energía. Esto lo logra a través de la atención que logra por nuestra parte. Las relaciones humanas se basan en un fluir constante de energía, prestamos atención a las personas y ellas nos prestan atención, y eso es enriquecedor, pero cuando una persona se apodera de nuestra energía, lo notamos en un estado repentino de malestar, incomodidad, agotamiento, tristeza e incluso irritabilidad.
Si nos ponemos a pensar en el concepto de vampiro como el famoso "Drácula", recordaremos que para ser mordido(a) por un vampiro, tenemos que PERMITIRLE el acceso a nuestra casa. Lo mismo pasa con los vampiros energéticos. Si permitimos que el otro nos desgaste emocionalmente, le abrimos la puerta a que acceda y se adueñe de nuestras emociones, las module, las perturbe, así como también nuestros pensamientos, estamos permitiendo que un vampiro energético se nutra. Créanlo o no, "somos lo que pensamos y sentimos" y bajo esa premisa, somos los ÚNICOS dueños de nuestras decisiones, por lo tanto la propuesta que les hago el día de hoy es: Decide siempre ser el único dueño de lo que sientes, piensas y quieres.
Por ejemplo, si alguna "amistad" malintencionada nos percibe como seres débiles y vulnerables mentalmente, y entonces decide sugestionarnos con impresiones negativas que minen nuestra seguridad, esa fuerza exterior sólo cobrará poder en nuestras vidas si damos permiso para que su acceso de negatividad entre en nuestra mente. A un comentario "aparentemente" inofensivo, porque se expresa con un lenguaje suave y tenue, pero que intuimos cargado de intenciones desmoralizadoras por parte del agresor psíquico, hay que responder siempre con la indiferencia emocional. Pero la clave para lograr la verdadera invulnerabilidad es sentir en nuestro interior esa apatía frente a la información que nos llega del exterior.
¿En qué ocasiones damos autorización a los vampiros para actuar? Veámoslo con un ejemplo trivial. ¿Nunca nos ha dicho nadie, un día en el que nos encontrábamos bien emotivamente: "Hoy tienes mala cara, tu aspecto no es el de siempre, parece que tienes algún problema o que algo te preocupa, ¿te encuentras bien?". Y nuestra respuesta ha sido la inseguridad respecto a nuestro estado real, que en realidad era bueno, y hemos ido a toda prisa a mirarnos al espejo. El supuesto vampiro psíquico puede apuntarse un rotundo éxito: ha sembrado la desorientación y, en pocos segundos, hemos comenzado a sentirnos mal.
Lo cierto en este caso, es que alguien ha logrado que la sombra de la duda y la desconfianza hacia nosotros mismos germine en nuestro fuero íntimo. Apliquemos esta situación a temas mucho más trascendentales, que pueden estar relacionados con el trabajo, la economía o el amor. La mínima fisura emocional permitirá que el ataque del vampiro consiga su objetivo. Nosotros mismos estaremos haciendo todo el trabajo de desgaste y autodestrucción personal, sin que nadie haya tenido que recurrir a ningún complejo ritual de magia negra para abatirnos y perjudicarnos. Nuestra actitud frente a las cosas, nuestros miedos e inseguridades interiores, han sido nuestro peor enemigo.
Aquí la actitud es clave: Yo decido ser feliz, yo decido no "enganchar" con lo que me dice el otro porque yo sé que me siento bien, amado, exitoso, o el argumento que haya usado en nuestra contra.
Jamás otorguen un poder a un ajeno, el único que tiene acceso a tener el poder de nuestras emociones, alma, mente y espíritu SOMOS NOSOTROS MISMOS.
Para terminar, recalcar que así como hay vampiros energéticos que son amigos, familiares, enemigos, colegas, etc. También podemos caer en el peor de los vampiros: Nosotros mismos. Si, porque si uno se nutre cada dí de impresiones negativas, donde no hay salida positiva a los desafíos, donde la unica solución es la resignación y la desesperanza.... cómo podemos estar bien?
Recuérdenlo, como un mantra: SOY EL ÚNICO DUEÑO DE LO QUE PIENSO Y SIENTO, Y SIEMPRE ELIJO SER LA MEJOR VERSIÓN DE MI MISMO EN ESTA VIDA.
No hay comentarios:
Publicar un comentario