lunes, 1 de abril de 2013









Lectura divina del Maestro Jesús para la humanidad
terrestre: RUBEN RODRIGUEZ AGUILERA
(...)El gran amor de Padre Madre a sus
hijos es una virtud divina que desea dar amor y felicidad. No temas que el dolor
que hoy me provocas por tu falta de respeto ante la humanidad no es un pecado,
es únicamente una libertad de tus gustos personales donde deseas ir tras el
poder de ser la estrella de oro que brilla en el lodo terrestre, despierta
maestra espiritual, despierta maestro espiritual que el verdadero Maestro
espiritual ya está presente ante tus ojos, dando cátedras de unión divina de los
sentidos en la humanidad terrestre, dando clase de virtud en el amor de la vida
nueva desde mi espacio celestial sin ocupar una materia, sin pisar el lodo, tan
solo mirando el jardín de la belleza humana desde mis energías de amor y paz

La puerta de mi corazón es tu conciencia, ten presente que mi
amor por Dios es eterno, y no deseo dejar de amar a Dios nunca, es por eso que
te pido alma sin amor que despiertes y mires el sur de la estrella que mira al
norte y me des tu mano para guiarte en esta oscuridad que estas labrando sin mis
energías un camino de confusión ante hermanos que duermen aun, muestra tu amor
por Dios y yo te mostrare hasta dónde puede llegar el poder de este tiempo
nuevo.

Mi deber de Maestro es avisar a los
maestros y maestras terrenales que tengan y contengan su ira a la despiadada
tierra por ser ante el sacrificio de ser los poderes espirituales para valer sus
fuerzas de vientos que proviene de un capricho desmedido por ser dioses o diosas
en el planeta Tierra, sabiendo que aquí están de paso y que yo pase horas de
labor para entrar en este maravilloso ejemplo de labor en el despertar de
conciencias y en rescatar almas perdidas sin consuelo. YO SOY el Maestro Jesús
me recuerdas?, por si no te acuerdas de mi debo decirte que mi energía es para
todo aquel necesite despertar y yo no pido que me alaben ante mis escrituras, yo
hago mi trabajo para dar el conocimiento divino de como convivir en amor eterno,
por si no me recuerdas, cuando el dolor y la confusión llegue a tu mente mis
manos te darán consuelo y alimento divino porque yo SOY UN MAESTRO ETERNO PARA
SALVAR A LA HUMANIDAD TERRESTRE POR LEY DIVINA DE LA JUSTICIA DIVINA CELESTIAL."
MAESTRO JESÚS

En Mateo 20:25-28, Jesús enseñó:

Sabéis que los gobernantes de los gentiles se enseñorean sobre ellos, y los que son grandes ejercen sobre ellos potestad.

Mas entre vosotros no será así, sino que el que quiera hacerse grande entre vosotros será vuestro servidor;

y el que quiera ser el primero entre vosotros será vuestro siervo,

así como el Hijo del Hombre no vino para ser servido, sino para servir y para dar su vida en rescate por muchos.

Jesús enseñó tanto por palabra como por ejemplo que debemos servirnos los unos a los otros. Todo Su ministerio se centró en servir a los demás, y Él nos ha ordenado a seguir Su ejemplo.

El rey Benjamín, un profeta del Libro de Mormón, enseñó que “cuando os halláis al servicio de vuestros semejantes, sólo estáis al servicio de vuestro Dios” (Mosíah 2:17).

Muchas veces Jesús enseñó que los primeros serán los últimos y que los últimos serán los primeros (Mateo 19:30). Sólo aquellos que entregan sus vidas al servicio del Señor recibirán la vida eterna.

Jesucristo vivió Su vida sirviendo a los demás. Él sanó; lavó los pies de Sus discípulos, enseñó. Más importante, realizó la Expiación por todos nosotros.

Cuando Jesucristo tomó sobre Sí mismo los pecados y pesares del mundo, Él realizó el acto de servicio supremo y el acto de amor definitivo. Él ha tomado sobre Sí las consecuencias de todo pecado. Ha pagado el precio que la justicia exigía por el pecado, y ha hecho esto en nuestro nombre para que no tengamos que hacerlo. Debemos seguirlo y obedecer Sus mandamientos con el fin de ser purificados por Su expiación, pero Él ha hecho posible que volvamos a vivir con Dios.

Jesucristo no buscaba el poder y advirtió a Sus seguidores acerca de buscar poder. El deseo de poder, fama y riqueza lleva a la corrupción. Los motivos del servicio de Jesucristo fueron puros. Él sirvió (y sirve) no porque quisiera reconocimiento o alabanza, sino porque servir a los demás hace feliz a Dios y queda complacido con nosotros. Si deseamos vivir con Dios nuevamente, debemos ser como Él, y sólo podemos crecer más como Él guardando los mandamientos. En Juan 13:34, Jesús le dio a Sus discípulos el mandamiento de amarse los unos a los otros: “Un mandamiento nuevo os doy: Que os améis unos a otros; como yo os he amado, que también os améis los unos a los otros”.

Se nos ordena a amarnos los unos a los otros, y si lo hacemos, estaremos sirviéndonos los unos a los otros. ¿Cómo lo sabemos? Porque Jesucristo pasó Su vida haciendo esto.

Tener caridad, el amor puro de Cristo, significa ayudar por el hecho de poder y de querer. Queremos elevar a nuestros vecinos porque es lo correcto que hay que hacer. Los amamos, por lo tanto queremos que les vaya bien. La generosidad es esencial si queremos volvermos más como Cristo. Debemos seguir Su ejemplo divino de amor y servicio.

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