viernes, 20 de abril de 2012

¿Cómo eres y hasta cuándo? (Día 18/23) Solemos pensar que somos el fruto de un conjunto de decisiones, las cuales son aceptaciones y rechazos de lo que percibimos por nuestros sentidos y aceptamos tener o no tener en nuestra personalidad. Así pues tu personalidad es el conjunto de todas las cosas que llegan a ti sobre las cuales decides, y te hacen ser como eres de forma consciente o inconsciente. ¿Decides muchísimo verdad? ¿Y apenas ni eres consciente? Esta personalidad nos hace tener reacciones condicionadas por como somos, o por como pensamos que somos. Estas respuestas a estímulos externos, y que son siempre las mismas, como digo son respuestas condicionadas, no proceden del libre albedrio, son rutinarias por cómo eres. Si toco fuego me quemo y me aparto, si me insultan que se preparen, no aguanto a fulano, cada vez que le veo, etc. Las personas nos creamos esta personalidad para poder “sobrevivir y adaptarnos al medio” en el que vivimos. Un poco más adelante, os pueden decir o no, que es bueno conocerse a uno mismo, y ante estas palabras, puede que oigáis de todo, sea como fuese os he contado todo esto para hablar de los apegos. ¿Qué son los apegos? En mi opinión un apego es algo que te condiciona a ser de una determinada manera por obligación, es decir te obligas a ser o dar una respuesta determinada por apego a algo o a alguien. Nosotros somos lo que somos, libres independientes, ahora bien, cuando la respuesta a cualquier situación no depende de esto, si no que se condiciona por algo, entonces ese algo te impide ser libre, para ser tú mismo. Pues dependes de eso, para ser tú no vives sin ello, pues lo haces tuyo, y al ser parte de ti, tus respuestas serán condicionadas por ese algo. Un apego es hacer nuestro a algo o alguien o que ese algo o alguien nos posea o le poseamos, de tal manera que no vivimos nuestra libre respuesta, si no que vivimos una respuesta condicionada. Es decir, nos apegamos a lo que tenemos o lo que decimos que somos, a lo que creemos, a lo que amamos, y solemos vivir para ello, y no para nosotros, dejando de ser libres, en lugar de saber vivir con ello y ser libre. Los apegos suelen surgir por las necesidades que nos creamos reales o ilusorias. Y suelen ser más grandes si le damos más importancia a esa necesidad. Cuando las necesidades son importantes, suele surgir la manipulación mental o emocional, y es porque nos decimos que carecemos de eso que necesitamos y lo buscamos fuera de nosotros. Tenéis así, apego a los sentidos, apego a la mente, apegos mentales, apegos emocionales. Ser libre de tus apegos, no implica tener que dejar a personas o cosas, implica que tu relación con las personas o cosas no te ate en respuesta y dejes de ser tu mismo. Así, la ruptura de los apegos mentales se corrige variando nuestra forma de pensamiento y resolviendo nuestras importancias y nuestras necesidades, y nuestros apegos emocionales se resuelven viendo cuáles son nuestras carencias e importancias emocionales que otros tienen que cubrir para que estemos bien. El porcentaje más alto por el que discutiréis en la mayoría de los casos es por esto, por los apegos y como los defendáis o justifiquéis, o deseéis tener o no perder. Muchas de las decisiones obligadas que tomáis en el día a día y que os restan cada vez más libertad, se corresponden a esto, a los apegos. La forma más básica de condicionar a un núcleo de personas a tener respuestas condicionadas es generarlas necesidades o apegos y que vivan con ellas y las hagan suyas. Pues al tocarlas estas sus cosas entran en lucha para defenderlas, y dejan de ser ellas mismas, para ser la reacción controlada de otro, que sabe lo que hizo al crear esa necesidad. Así muchos están gobernados y sometidos a sus reacciones y nos son conscientes de ellas, pero si viven las luchas, dándose golpes unos a otros sin saber en realidad porque, siendo marionetas en manos de otro que ni siente, ni padece. Así pues la primera forma de libertad, la encontráis en el discernimiento, pero para esto tenéis que tener tiempo libre útil para vosotros mismos, y conoceros, pues la verdadera libertad es que tu sepas ser libre de ti mismo por ti mismo y sepas romper en ti las cadenas que te hacen ser como eres y te impiden ser libre de ti. Al realizar esto, liberarte de ti mismo, en ti mismo, entras en lucha y ahí, si escuchas la frase “quien se vence a si mismo vence al mundo”, o la otra frase, “conócete a ti mismo y conocerás todo”, podrás saber si son ciertas o no. Recordar, que solemos apegarnos al como somos, es decir, solemos defender nuestra forma de ser, nuestra personalidad, pero si os dais cuenta, esta personalidad, varia para adaptarse, así que defendéis algo que un rato después habréis cambiado o no. Por último, recordaros que el desapego del yo, no significa dejar de existir, pero para llegar a esto, primero os tenéis que conocer un poco.

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